27 de junio de 2021

Sinuhé, el egipcio, Mika Waltari

Este fabuloso libro llegó a mis manos en la tierra de origen de su autor, en Finlandia. 
Estaba en la casa adonde fui de intercambio y vi en una estantería, de repente, un libro con un ankh, y me llamó la atención, puesto que adoro la cultura egipcia sobre todas las cosas. 
Le pregunté a la chica y ella me respondió que era un libro genial, que no se cansaba de leerlo y que no me preocupase, que me conseguiría uno en inglés. 
Conforme pasaron los días yo me olvidé, pero el día que me iba apareció con un ejemplar en ese idioma y yo, feliz, me dispuse a leerlo en el avión. 
He de reconocer que me apasionó desde el primer momento. 
Cuando llegué a España lo primero que hice fue conseguir uno en castellano para empaparme de los detalles que no había logrado apreciar y, en efecto, volví a sumergirme en sus letras, esta vez con más precisión y entendimiento. 
Lo que en principio resultó un amor-de-portada-a-primera-vista (como muchas veces me pasa con libros de los que no he oído hablar pero me llaman la atención y los compro) fue una relación que se ha extendido hasta hoy, bastantes años después, porque es uno de esos libros que no te cansas de leer puesto que su exactitud histórica es palpable y a una apasionada de la egiptología le llama la atención. 
Mika Waltari nos cuenta la vida en el exilio del médico real tras la muerte del gran Akenatón.
Exilio porque había estado al servicio del faraón monoteísta y al de la herejía de Tell el-Amarna. Exilio porque lo había perdido todo por amar a una mujer. 
En el libro, además de los hechos del periodo amarniense, se nos presenta Babilonia, la Creta minoica y la vida del protagonista entre los hititas, antiguo pueblo ya extinto, y otros vecinos de Egipto. 
Cabe decir que en 1954 se hizo una película acerca de este maravilloso libro, y, a pesar de que debo reconocer que la película en sí también es genial, diré que nunca me gustaron las adaptaciones fílmicas de obras literarias y que mi recomendación, aunque se extiende a la película, comienza por el libro. 
No la veáis si no lo habéis leído, es mi humilde opinión. 

22 de junio de 2021

Los vagabundos del Dharma, Jack Kerouac

Desde un tiempo a acá, no sé si por una necesidad real o porque no puedo parar quieta mentalmente y siempre estoy buscando algo que me rete o que, por lo menos, consiga fascinarme el tiempo justo para estabilizarme al menos de forma momentánea, me voy interesando por las filosofías orientales. 
Aparte de pensar que nos llevan siglos de ventaja en casi cualquier ámbito, y no es por denigrar lo nuestro, que conste, creo que es importante lo que a través de los siglos han intentado trasmitirnos, y en esa búsqueda propia de la paz interior o de satisfacer a la niña que llevo dentro para, poco a poco, ir haciendo que deje los caprichos a un lado y, para qué engañarnos, por una referencia archiconocida de la serie Perdidos, descubrí el concepto de la Dharma-chakra y del Dharma, y, en fin, una cosa llevó a la otra y acabé encontrando este libro que me pareció tan revelador de Jack Kerouac
odría decirse que, extrapolando a personas reales con los propios personajes del libro, se va haciendo todo un manifiesto a una cultura en la que la paz y el desapego mueven el mundo, y, aunque pueda parecer lo contrario, no es una arenga, sino una posibilidad, y me explico. 
La peculiar forma novelada en la que sienta sus bases ideológicas Kerouac, a mí por lo menos me hace pensar que no es una imposición, sino que te trae una serie de premisas en las que puedes refugiarte o no, descartando las que no nos gustan y asumiendo otras con las que podemos construir nosotros mismos una especie de utopía propia. 
La verdad es que creo que hay algo que hace que me lleguen los libros justos en el momento adecuado, o eso creo. 
No me identifico totalmente con el movimiento hippie que se proclama en el libro, realmente es casi como una guía de este movimiento, pero sí que creo que es necesario un cambio de mente, que consiga que valoremos las cosas en su justa medida y no como nos obligan estas o aquellas instituciones. 
Desde luego que lo que «destripa» Kerouac en el libro no tiene por qué ser la Verdad, la verdad absoluta, pero sí que me parece un inicio bastante respetable para afrontar las cosas de otra manera. 
Con lo que yo me quedo en última instancia es con el mensaje filosófico, con la bofetada que da el hecho de tambalear cualquier cosa aprendida.

17 de junio de 2021

Bautismo de fuego, Andrzej Sapkowski

 
Poco a poco, y con más dilación en el tiempo de la que hubiera querido, hemos pasado el ecuador de una saga que, para mi gusto, ha sido de los más importantes eventos literarios en relación con la fantasía de los últimos tiempos.
Efectivamente, os estoy hablando de la saga de Geralt de Rivia, escrita, cómo no, por Andrzej Sapkowski
En esta nueva entrega, de siete, aunque en español se ha publicado en ocho partes, las peripecias de nuestro mago Geralt se hacen más duras en tanto que la guerra que se preparaba en «Tiempo de odio» es ya un hecho.
Los ejércitos continúan formándose listos para la batalla, y Ciri, la princesa del reino devastado de Cintra y buscada por sus poderes, continúa su periplo de desgracias introduciéndose en un portal que sólo la llevará a lugares donde estará en peligro.
Es precisamente ella quien lleva sobre sus hombros la carga de la acción de este libro con el que pretendo llamaros la atención esta tarde. 
Aunque innegablemente la saga sigue siendo de Geralt y es él el principal protagonista, «Bautismo de fuego» se centra en el personaje de la princesa Ciri, en su devenir y en su camino, que la prepararán como uno de los nombres centrales de cara a un final, que espero y preveo colosal, de esta serie de libros. 
Como digo, en este libro la violencia ya ha estallado, ya no hay vuelta atrás en una guerra, como todas, sin sentido, entre los reinos y, por desgracia, todo lo que sucede a la guerra se hace presente, y precisamente serán estas descripciones las que le den sustento al libro y las que tiñan de sangre una historia que ya se prevé sangrienta.

12 de junio de 2021

La naranja mecánica, Anthony Burgess

Hola, hola, mis queridos drugos. 
La verdad es que tenía intención de comentarlo más adelante, pero me apetecía traéroslo hoy. 
No es que yo haga apología de la violencia, ni que me guste especialmente, ni la justifico, ni nada por el estilo, pero esta novela con su excelente crítica a una sociedad corrupta y estúpida, y la fantástica muestra de estudio antropológico que se adivina a través de la misma al relacionar la pertenencia a un grupo determinado mediante la jerigonza y vestuario me cautivó. 
Debo reconocer que, en esta ocasión, vi primero la película, y que, sólo a través de ella, investigando, descubrí que se había inspirado en esta novela de Anthony Burgess
La novela nos cuenta en una visión futurista la historia de Alex y sus amigos, que tras ingerir leche con determinadas sustancias, se entregan a una sesión de ultraviolencia, como vienen haciendo desde hace tiempo. 
Tras salir del bar, se producen diferentes situaciones de violencia como peleas, palizas, muertes e intentos de violación, siendo la pelea más significativa la que establecen con la banda de Billyboy, su banda rival. 
Después se dirigen a una casa con un coche robado, donde atan y pegan al escritor que vive en ella y matan y violan a su mujer; siendo esta escena el epicentro de la novela. 
Los drugos discuten porque Lerdo había insultado a Beethoven, de quien Alex es acérrimo admirador, y urden un plan, donde, tras un ataque a una casa, Alex será capturado. En la cárcel, tras asesinar a un compañero, el Primer Ministro le visita, y le ofrece someterse al Método Ludovico. Aceptando, es llevado a un lugar donde tiene todas las comodidades que él desea, se le inyectan algunas drogas y se le pasan imágenes de ultraviolencia con música clásica, y la combinación de éstos le producen malestar si decide volver a las andadas, haciendo únicamente el bien. Por esto, es liberado de la cárcel. Cuando vuelve a casa todo ha cambiado, sus padres le han sustituído y, presa del dolor, acude a la biblioteca... donde, tras esta situación, le esperan sorpresas, no demasiado agradables, en cualquier caso. 
Al final, se reduce a la crítica de la sociedad en tanto que se utiliza a Alex como método propagandístico y electoral. 
Su curación se utiliza como un avance del gobierno para prevenir situaciones violentas y reducir drásticamente la delincuencia, del partido en el poder, y la reelección depende del éxito que este método pueda tener. 
Desde el inicio de la novela, comienza y acaba un círculo a modo de síntesis. 
Alex ha madurado y comprende que la ultraviolencia no tiene sentido, y decide que la mejor forma de establecer esa madurez es formar una familia y tener un hijo al que explicarle el camino que tomó y el que ha decidido seguir, una vez es un hombre maduro. 
Es una novela más que interesante, ya no sólo desde el punto de vista de crecimiento personal del protagonista, sino que, a mi parecer, es una forma de mostrar lo que nunca se debe hacer, lo que debería ser proscrito porque no es forma de vida. 

7 de junio de 2021

El rey Lear, William Shakespeare

 

Hoy me he despertado trágica de la siesta, pero mucho. 
La parte buena es que puede que sólo me dure hoy. 
Así que con esta predisposición con que me he despertado, he decidido traeros una de mis tragedias favoritas —es que no queda nadie vivo y cuando me levanto así también me dan ganas de una erradicación a nivel mundial—, venida directamente de la pluma de William Shakespeare
El rey Lear, basada en una historia céltica anterior, una de las obras con mayor carga trágica que he leído y de la que, además, he extraído diferentes máximas para aplicarla a la vida real y fiarme y no fiarme de ciertas cosas. 
Una de las últimas veces que la leí me recordó a una frase de Platón que rezaba: "La mayor declaración de amor es la que no se hace; el hombre que ama —o siente— mucho, habla poco", y cuando conozcáis a Cordelia entenderéis por qué lo digo. 
El rey Lear, mayor ya y sintiéndose incapacitado para gobernar, así como deseoso de probar el amor filial, decide repartir el reino entre sus tres hijas, exigiéndoles demostrar cuánto le aman. 
Las mayores le adulan hipócritamente, ambiciosas de poder y territorios, mientras que la menor, Cordelia, es sincera, dice que le quiere lo que le tiene que querer, ni más ni menos. 
Creyendo aquí una falta de amor y, por qué no decirlo, como no alimentó su vanidad y su ego, la deshereda, y el rey de Francia la acepta aun sin dote. 
Mientras que las hijas mayores le traicionan —se veía venir, la verdad—, la pobre Cordelia acude a su ayuda para recuperar su reino, pero lo paga con su vida. 
Aunque al final se ve la relación con la cita de Platón que os mencionaba antes, creo que sí que es importante decir lo que se siente. 
Está claro que no con las aviesas intenciones de las otras dos hijas, pero recordarlo no cuesta nada y se puede hacer muy feliz a la persona que nos oye. 
Al margen de todo esto, que no es una reflexión de la tragedia, sino de uno de los personajes, es, tal vez, una hija de su tiempo, como una especie de advertencia a una dinastía que aún estaba asentándose y que podía adolecer de ciertas traiciones para legitimar otras ramas o tal vez proclamar un cambio de gobierno, aunque, como digo, procede de una historia anterior, me parece muy oportuno el uso de la analogía y de la alegoría que es en sí misma. 
Siempre he considerado el teatro como una representación de profunda validez didáctica, y siempre he disfrutado especialmente con él, pero lo mejor es verlo puesto en escena; admito que leído puede llegar a ser un poco extraño en ocasiones, sobre todo si no tenemos cierta predisposición imaginaria en ese momento por cualquier motivo. 

3 de junio de 2021

Olympia a medianoche, Baltasar Porcel

Anoche estaba reorganizando la estantería nueva y encontré esta pequeña joya que hoy os traigo. 
No sé si esto sucede en Hispanoamérica, pero en España existía el Círculo de Lectores, por el cual, y mediante un módico precio, el común de los mortales podía acceder a libros primero y a todo tipo de cultura después aun cuando su situación no fuese boyante o incluso si en su ciudad no podían encontrarse determinadas obras. También, la Editorial Planeta, ponía a disposición de sus asociados enciclopedias y divulgación en general, y los viajantes, que de cuando en cuando visitaban a los clientes, les regalaban algunos ejemplares, incluso si no comprabas. 
Así fue como este libro, que hoy incluyo en el anaquel virtual que poco a poco ha ido creándose, llegó a mí. Olympia a medianoche es una novela densa pero profunda. 
Con la noticia de que Olympia, una islandesa, vuelve a Mallorca, el pasado se pone en marcha en la piel de los personajes, que, o bien relacionados o bien sólo pertenecientes a su pasado, reflejan una sociedad hipócrita, que hará lo que sea para crecer, mejorar y aparentar, en la que el dinero prima y la norma social está por encima de cualquier otra regla. 
Con tintes de fábula, Baltasar Porcel nos muestra el vibrante influjo que ejerce Olympia sobre todo lo que la rodea, donde no todo lo bueno o hermoso, a ojos del mojigaterío social que reina en la isla, tiene por qué serlo. 
Lo leí hace tiempo, en alguna de esas tantas noches sin dormir, y me sigue fascinando porque, a pesar de la densidad antes comentada, las letras salidas de la mano de Porcel saben atrapar, mostrando lo mejor y lo peor de una sociedad que no es sino reflejo de nosotros mismos, de la ambivalencia de nuestro ser, de lo contradictorio de nuestros pensamientos. 
Por eso me ha parecido interesante traéroslo, porque es uno de esos libros que me encantan, los que te remueven por dentro y te hacen replantearte lo que eres y lo que sabes.