Mi interés por el viaje en el tiempo viene alimentándose desde hace mucho, mucho tiempo, no es algo nuevo, y siempre que puedo leo o veo todo lo referente a ello, ya sean cavilaciones extrañas, textos que, como este, indudablemente conllevan parte de ficción, películas, experimentos... imagino que es ya algo inherente a mí y a mi curiosidad.
Y fue precisamente a través de una película, fantástica y desquiciante, por cierto, que llegué a este libro. Buscaba información referida a ella, dio al viaje en el tiempo y llegó a esta obra de Audrey Niffenegger que me era desconocida pero que ha resultado ser un descubrimiento bastante interesante.
Se nos narra la historia de una pareja, Clare y Henry, aparentemente anodina, pero que guarda una terrible carga.
Él, debido a un desorden genético, posee el don o la carga de viajar adelante y atrás en el tiempo; la carga aparece porque es involuntario, él no sabe cuándo pasará, ni adónde irá, aunque esto fomenta que aprenda técnicas de supervivencia básica, ya que siempre llega desnudo. A pesar de que busca medicamentos o técnicas usadas con más o menos éxito, aparentemente no hay ninguna solución a su problema, y los estímulos exteriores le "fuerzan" a viajar.
En este trasfondo que, personalmente, a mí me atrapó completamente, está la historia de amor de esta pareja, que parece predestinada a encontrarse y a acabar juntos, pero que a la vez tiene pendiente sobre ella la incertidumbre de lo que pasará. Tras varios intentos fallidos, posiblemente debido a esta anomalía genética, tienen una hija, a la que se le trasmite este desorden, aunque ella parece controlarlo más y mejor que su padre.
Aunque parecerían dos historias paralelas, la de él y la de los dos, lo cierto es que están muy ligadas, básicamente porque, a mi parecer, es esta anomalía la que les une, el eje principal de la pareja.
Me gusta porque plantea temas que han traído de cabeza a la humanidad tales como la contraposición entre libre albedrío y determinismo, la búsqueda de una normalidad que no se tiene y lo perenne.
A mí, Clare, la protagonista, me recuerda a Penélope, esperando a Ulises en su palacio. La diferencia radica en que Clare sabe que Henry no tardará tanto, pero la incertidumbre es la misma.
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