1 de diciembre de 2020

Fácil de matar, Maruja Torres


Creo que me quedé enganchada a la prosa de Maruja Torres desde el momento en que la leí un día, casi por casualidad, en El País.
Es mordaz, irónica, dura y escribe fabulosamente bien; por eso no me lo pensé cuando decidí que tenía que estar aquí.
Diana Dial, una periodista jubilada, es la protagonista de este libro que os traigo hoy, y Tony Asmar es el hijo de un empresario de una influyente familia que muere en un atentado cuyas causas no ve tan clara Diana. Así, decide emprender por sí misma una investigación para esclarecer las causas de la muerte, más que la causa, las motivaciones de una muerte tan misteriosa.
Este afán emprendedor la llevará a situaciones inverosímiles en las que su vida corra franco peligro, pues se erige en revulsiva de la corrupción y de las injusticias, no por un bien propio, sino porque casi se convierte en una libertadora a lo largo de las páginas, y se verá motivada por la viuda de Tony, española, por cierto, que le suplica ayuda y quien le cuenta las posibles causas por las que han decidido matarle, quizá hasta su propia familia.
Contará con la ayuda de la policía beirutí, puesto que la novela, o la investigación, como prefiráis, se desarrolla en el Líbano, y descubrirá que a pesar de que encuentra innumerables tramas de corrupción y desfalcos, en ninguno de esos documentos aparece el nombre de Tony, aparente chivo expiatorio de todo este mundo de crimen.
Este libro es una vuelta de tuerca más a la novela policíaca que tanto me gusta, porque aparte del pertinente asesinato que hay que investigar, Maruja llena el libro de giros propios, de opiniones personales, y la verdad es que me gusta porque ayuda a construir el carácter de nuestra peculiar detective, que cotilla y justiciera al mismo tiempo, lucha hasta revolver los entresijos del poder y descubrir quién o qué está detrás de la muerte de Tony Asmar.
Y no es porque me encante como escritora y como periodista, pero hay que reconocerle el mérito de debutar en el género policíaco por la puerta grande.

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