16 de junio de 2018

V de Vendetta, Alan Moore y David Lloyd


Podría decirse que soy una mujer de obsesiones. 
Bueno, qué diablos, no me voy a quitar méritos, soy una mujer bastante obsesiva con según qué cosas.
Sé que no tiene por qué ser bueno, pero tampoco necesariamente malo, y a mí, de momento, me satisface razonablemente. De esta manera y siguiendo el dicho popular que reza "si algo funciona, no lo toques" mientras no me afecte demasiado en mi vida cotidiana pienso seguir llevando a cabo mis pequeñas manías que, en fin, no sé si me proporcionan suerte o tranquilidad o una mezcla inefable de ambas. 
Esta obsesión en concreto tuvo su inicio cuando empecé la carrera y consiste en que la noche anterior a comenzar las semanas de exámenes siempre veo "V de Vendetta". Es una especie de desconexión que me permito y que hace que ya me sepa prácticamente de memoria casi todos los diálogos de la película, tan fantásticamente protagonizada por Hugo Weaving —¿quién no recuerda al Agente Smith de Matrix o a Cráneo Rojo en el Universo Marvel?— y por Natalie Portman. 
Me gusta mucho, me gusta el tema, los actos y disfruto como una niña con la banda sonora y fue la película lo primero que llegó a mí.
Un tiempo más tarde supe que era la adaptación de una novela gráfica, esta que nos ocupa hoy, escrita por Alan Moore e ilustrada por David Lloyd, y digo adaptación porque aunque capta la esencia del cómic obviamente no es una reproducción fidedigna, algo que, sin embargo, sí que ocurre con otra novela gráfica que os traeré dentro de un tiempo y que, igualmente, me fascina, tanto el original como la adaptación cinematográfica, "Watchmen". 
Así que esta es mi decisión de hoy, traeros esta obra —a mi parecer prácticamente maestra— del cómic que considero ineludible en cualquier anaquel.
Estamos en unos años en el futuro, ha habido una guerra nuclear a escala mundial y ahora Inglaterra está bajo el control totalitario del partido Fuego Nórdico, un partido de ultraderecha liderado por el Líder Susan. La gente ha cedido su libertad y hasta su vida para "protegerlos" de un peligro ideado precisamente por los ideólogos del régimen, que los crea en las mentes de los ciudadanos para seguir ostentando el poder. A cambio reprime en campos de concentración y experimenta con judíos, homosexuales, musulmanes e izquierdistas, pero todos callan, todos salvo uno, V, un misterioso enmascarado con la faz de Guy Fawkes. Con la ayuda de Evey Hammond, encontrada prácticamente por casualidad y salvada de los Dedos del partido, le dará a la gente algo por lo que luchar y en lo que creer, un camino inevitable de vuelta hacia la democracia.
Creo que una de las cosas que más curiosas me resultó de la adaptación fue precisamente el papel que interpreta John Hurt, actor que tristemente nos dejó hace relativamente poco. Y la causa de que me pareciera curioso y hasta divertido es que en esta película interpretara al opresor mientras que en otra memorable adaptación, en este caso de 1984, obra que os traeré con el tiempo, interpretara al oprimido, al siempre interesante Winston Smith. 

1 comentario:

Bettie dijo...

Lo de John Hurt es maravilloso, la verdad. :)

Me encanta V de Vendetta.