19 de agosto de 2018

El primer hombre de Roma, Colleen McCullough

Tengo una espinita clavada en el corazón y esa es la de estudiar Historia en algún momento de mi vida. 
Siempre me ha obsesionado hasta niveles inimaginables e incluso estuve a punto de dejar Filología —que finalmente concluí— en el primer año y cambiarme a Historia por mera satisfacción personal. Al final me retracté, pero no quita que en mi corazón siga devorando cualquier libro que tenga que ver con la historia que caiga a mis manos, y eso incluye a las novelas que se ambientan en el pasado y lo recrean con mayor o menor fidelidad.
También tengo un grupo de amigos muy apañado que conoce mis desastres, los acepta y los fomenta, y uno de los chicos del grupo tuvo a bien recomendarme la serie Masters of Rome de Colleen McCullough, una heptalogía que me bebí por las noches cuando me metía en la cama y me daban las cuatro y las cinco de la madrugada diciéndome a mí misma que solo sería un capítulo más. 
Ella es la autora de El pájaro espino —¿a quién no le suena al menos El pájaro espino?— y la verdad es que domina la novela histórica igual de bien que el drama y el romance.
Como os comentaba es una heptalogía que os iré trayendo paulatinamente, quizá uno al mes para que podáis tener espacio para leerlo si os apetece y disfrutarlo, y están ambientadas como habréis imaginado en la Antigua Roma, en los últimos días de la República y los primeros pasos del Imperio. Así, comenzamos teniendo de protagonista a Cayo Mario, Sila, el primer Triunvirato —Craso, Pompeyo y César—, César únicamente y finalmente Augusto, Antonio y Cleopatra. 
El primer hombre de Roma habla de Cayo Mario y de su ascenso. Él, por ser provinciano y no natural de Roma —recordemos que alguien del Subura o por pobre que fuese tenía más estatus, por expresarlo de alguna manera, que alguien de las provincias y naturalizado romano— era considerado por debajo de cualquier plebeyo aun teniendo más dinero que cualquier patricio, así que forja cuidadosamente su ascenso mediante el matrimonio con una de las Julias. En este contexto encontramos su relación con diferentes familias patricias que sirven de coro y sustento a su devenir 
Lo que me parece una maravilla de esta heptalogía es lo bien hilada que está, y me explico. 
Cayo Mario y su ascenso sociopolítico, aun siendo la historia que consideraríamos principal en el libro, se ve ayudado por su relación con Sila, la victoria sobre Yugurta y Livio Druso, y estas relaciones y los hechos que aparecen se verán ampliados en el siguiente tomo de la saga. 
En realidad es como un único libro dividido en partes, sin final diferenciado, y creo que aunque sean densos —porque son libros extensos— eso facilita su lectura.
Como podréis imaginar es uno de esos libros que leo cuando no me apetece nada más que disfrutar y desconectar, y si bien no es el tema que se trata en este libro debo reconocer que la forma que tiene Colleen McCullough de narrar la Conjura de Catilina es mi favorita de todas las que he leído, con permiso de Salustio.

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