25 de agosto de 2018

Harry Potter y la Cámara Secreta, J. K. Rowling


Aunque adoro la saga entera y cuando me la releo lo hago del tirón —sí, la sutilidad y la mesura nunca han sido mi fuerte— cada vez que tengo oportunidad debo reconocer que de todos los libros que la comprenden este es quizá el que menos me gustó en su momento y con las películas me sucede lo mismo, aunque admito que es también el que tiene más carga "histórica" al respecto de Hogwarts y no solo en relación al trío de oro.
En el mundo de los magos está por desatarse el horror una vez más, y como siempre, este viene de la mano de Lord Voldemort y si bien no depende directamente esta vez de él, sino de Lucius Malfoy —debo admitir públicamente que en los primeros libros era mi malote favorito de la saga y aunque luego le venció el patetismo esto solo le hizo humano— que deja el diario del joven Voldemort en el caldero de Ginny Weasley, la finalidad última es desatarle a él y devolverle el poder que una vez ostentó sobre el mundo mágico. 
Este diario de la juventud de Voldemort resulta ser la llave que abre la puerta de la legendaria Cámara de los Secretos, un lugar donde Salazar Slytherin guarda un horror que "salvará" al colegio de los hijos de muggle, indignos a sus ojos de ser recipientes de la magia, y devolverá a esta última al lugar que pertenece, a los sangre pura. 
Controlando a la pequeña Weasley con el mejor arma del que dispone el Señor Oscuro, la manipulación, la Cámara se volverá a abrir y a perseguir a los nacidos de muggle, aunque por circunstancias favorables concernientes al desarrollo de la trama ninguno resulta muerto esta vez por el horror que contiene y todas sus víctimas quedan, en cambio, petrificadas. 
Harry Potter junto con sus amigos tendrá que demostrar su inocencia a la vez que busca derrotar a la bestia que, en última instancia, no deja de ser una metáfora retorcida del propio Voldemort.
La verdad es que como digo es el que más historia canónica desprende, en el que Rowling pone sobre la mesa toda la documentación que ha creado en torno a este mágico mundo y da unas dosis mayores de contexto.
Por primera vez se menciona Azkaban y se define, dando paso a que Rowling la desarrolle más profundamente en el siguiente tomo. Vemos por qué Hagrid fue expulsado de la escuela, aunque finalmente queda exculpado y, sobre todo, es para mí el primer libro en que se ve que ya son un trío de verdad y no una pareja —da igual quién la forme— y otro más de sujetavelas. También conocemos más de Dumbledore y, fundamental, la creación de Hogwarts y el establecimiento de las casas y rivalidades que aún en la época del libro perduran a través de los siglos.
Creo que aunque realmente sea el segundo año de Harry casi lo habría añadido al primer volumen.
No es moco de pavo lo de salvar a los nacidos de muggle para que la xenofobia y el terror no se impongan, pero lo que más me gusta del libro es el recorrido que hace por el bestiario y por la historia.
Tiquismiquis que es una. 

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