8 de septiembre de 2020

Hoy, Júpiter, Luis Landero


Sé que entre aquellos que pululan anónimamente por los libros de los que ofrezco opinión en estas notas de mi pequeña biblioteca me conocen en mayor o menor grado, pero de lo primero que dejo patente es mi afán por lo cuadriculado, por tener todos los cabos atados y por intentar conseguir en todos los aspectos que sean pocos los imprevistos que surjan, y ahí es donde empieza mi gusto por la simetría, y esto es lo que me trae a la cabeza este libro para ofrecéroslo hoy.
He de reconocer, tras este momento de autoterapia y confesiones, que este libro lo ojeé por las connotaciones mitológicas que arrastra el título; no obstante, cuando lo abrí, personalmente, me sorprendió, y fue como una corriente de aire fresco entre autores manidos y otros no tan releídos.
Es el libro la vida de dos hombres, diferentes, separados, antagónicos, si se me permite, y en un momento, todo se entrecruza dando sentido a las vidas que anhelan ser redescubiertas. Las motivaciones que ambos llevaban consigo tras la venganza, el odio y lo prohibido transmutan en la búsqueda de algo mejor, de un sentido del que se carecía hasta el mismo momento en el que ambos se cruzan en el mismo barrio del viejo Madrid.
Supongo que es el hecho de que a todos nos arrastra en algún momento una de estas circunstancias, que, aunque lejanas en dimensión por pertenecer a Dámaso y a Tomás, son cercanas en tanto cualquiera de nosotros puede padecerlas, y que son las similitudes que no se dejan ver a la luz, aquellas simetrías que, tácitas, asaltan nuestras vidas, las que dan motivo e interés por seguir atando cabos.
Me reitero en que fue un descubrimiento bastante importante, porque, como mencioné arriba, nunca había leído nada de su pluma, sin embargo, Luis Landero es de estos autores que calan hondo y que logran doler, porque es cronista de realidades y de antítesis no tan antitéticas.
Como un excelente ejercicio de reflexión, son las vidas de los protagonistas las que discurren por las nuestras propias, haciendo que todo lo malo o digno de olvidar torne motivación para dejar atrás todo aquello que constituya una carencia en nosotros mismos.

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