13 de mayo de 2019

En busca del león verde, Judith Merkle Riley


Este libro es muy especial para mí. 
Bueno, cuál no. 
Este libro me lo recomendó una vieja conocida con la que perdí contacto hace años y que, aunque no llegó a ser más cercana, el tiempo en que la traté me demostró una sabiduría infinita, un conocimiento más allá de lo habitual que consiguió sorprenderme en más de una ocasión y una ternura tan infinita como su sabiduría, basada en la experiencia y en el trato.
Ella sabía que en esos días en los que coincidimos y que hoy se me antojan tan lejanos yo no estaba pasándolo bien, que necesitaba descubrir una parte de mí que latía y que yo no sabía que lo hacía, pero ella sí, y me recomendó una lista de libros que me ayudarían a encontrar y a encontrarme en todo aquello que me inquietaba. Y lo consiguió.
Este es el segundo libro de una trilogía escrita por Judith Merkle Riley que, a pesar de ser fantástica en su composición, no sé qué predisposición tengo a empezar siempre las trilogías por el segundo libro, ya me perdonaréis pero esto forma parte de las rarezas que llevo en la mochila. 
Al principio era casualidad y ahora costumbre, y quizá es una especie de señal para que me enganche a la trilogía en cuestión, comience desde el principio y me deje atrapar hasta concluirla. 
Creo que ya he comentado en alguna ocasión que la Edad Media me puede. Si bien admito que no es quizá la mejor época para llegar a la vejez creo que en esta época como en ninguna otra se puede comprobar lo que se puede llegar a ser como individuo y sociedad y el comienzo, propiamente dicho, de las diferencias que nos hacen únicos. 
Tras la hegemonía vino la partición, y fue en este ambiente catalogado como oscuro en el que fuimos evolucionando socialmente hasta ser lo que somos ahora, asentando las bases de lo que vendría después.
En este contexto que os presento encontramos a Margaret de Ashbury, que, como muchas veces se ha repetido en la historia lamentablemente, es raptada y obligada a casarse con un hombre que no conoce, un monje expulsado de su orden que pertenece a una familia poco recomendable para los cánones socioeconómicos de la época. 
A pesar de las obvias reticencias mostradas él es reclutado obligatoriamente para luchar en la Guerra de los Cien Años y desaparece en la contienda. A la luz de esta circunstancia Margaret comprende dos cosas, en apariencia simples, que desarrollarán toda la historia: la primera es que se ha acabado enamorando de su marido con el tiempo y la segunda es que tiene que ir en su busca.
Confieso que este fue uno de los detalles que me hicieron caer rendida a la novela porque no es lo habitual. Estamos acostumbrados a las novelas en las que el caballero debe rescatar a la dama en apuros, siempre apresada por mil espantos animales o físicos, del tamaño de torres, y para eso esta no es una novela al uso.
Esta vez, como se aprecia, es el hombre el que está en apuros y es nuestra Margaret la que ha de demostrar todo el valor y el coraje que guarda para, con el telón de la alquimia de fondo, sortear todos los peligros que aparecen a su paso, encontrar el León Verde y retratar de una forma exquisita el día a día de una sociedad medieval acechada por sus riesgos.

No hay comentarios: