24 de mayo de 2019

Las vírgenes suicidas, Jeffrey Eugenides


Hoy os traigo uno de esos extraños casos en los que la adaptación cinematográfica no me parece un atentado literario y hasta me parece que está exquisitamente conseguida, con las consabidas licencias.
De todas maneras seamos sinceros: admito que para mí prácticamente nunca una película logrará igualarse al libro que adapta o en que se inspira porque en cada uno de los lectores habrá un pensamiento diferente, una realización diferente, esta o aquella interpretada de una manera distinta a como la imaginó el guionista en cuestión porque son nuestras vivencias y nuestra propia existencia la que determina cómo leemos e interpretamos lo que leemos. 
Sin embargo esta novela de Jeffrey Eugenides creo que no se ajusta a este criterio de homogeneidad y llegó a mí tras la curiosidad que sentí cuando vi la película, y la verdad es que ni siquiera me importó que en la portada apareciera una imagen relacionada con ella siendo esto algo que me molesta profundamente por regla general. En este caso me pareció algo adecuado, un buen enganche para gente que, como yo, desconocía que estuviera basada en un libro y pudiera acercarse a él y lo descubriera.
La trama es, en apariencia, sencilla. 
En menos de un año y medio las cinco hermanas Lisbon se suicidan en un contexto familiar fervientemente católico y estrictamente opresor. Y tras este aparentemente sencillo hecho se esconde algo muchísimo más complejo que puede en cierto modo presentirse dadas las circunstancias en las que son encontradas, así que nuestro autor de hoy en la voz de los chicos con los que iban a salir esa noche de hacía veinte años intentan desentrañar la causa, el motivo último del suicidio que sigue empañando con misterio el anodino barrio en el que vivían las hermanas y sus mentes, que siguen perdidas en la fascinación que ejercen veinte años después de su muerte. 
Las hermanas Lisbon y su decisión son lo atractivo de la incógnita a pesar de la obvia gravedad de los hechos.
Es una novela dura, directa y a veces demasiado gráfica, pero a mi parecer es uno de los puntos fuertes y el pilar sobre el que se erige esta magnífica obra. 

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