17 de octubre de 2019

La princesa de hielo, Camilla Läckberg


Sé que soy un poco desastre a la hora de publicar, leer o recibir libros relacionados entre sí, no es lo mío, pero en honor a la verdad debo decir que no siempre es mi culpa directa, en este caso no fue este, el primero de la saga, el que llegó a mí primero, pero creo que lo importante de verdad es que al final acabo terminándolas de una forma más o menos decente. 
También me parece que es porque para mí estos libros, si bien comparten personajes, para mí son autoconclusivos e independientes entre sí. Desde luego que tienen ese eje central común, pero si esos personajes se llamasen de otra forma tampoco creo que notásemos la diferencia, y no es algo que solo me ocurra con Camilla Läckberg
Erica Falck es una escritora que regresa a su pueblo después de muchos años de ausencia premeditada debido a que hereda una propiedad después de fallecer sus padres, pero además del trágico suceso que la hace regresar cuando vuelve a intentar adaptarse al pueblo recorriéndolo descubre que su mejor amiga, Alex, se ha suicidado.
Sabiendo que esto no entraba en los planes ni en la mentalidad de su amiga, decide convertirse en una suerte de detective y descubre que su amiga estaba embarazada, algo que la desconcierta aún más porque por norma general un embarazo es motivo de alegría y hay formas más seguras que un suicidio para interrumpir su desarrollo.
Este misterioso suicidio es algo que la empieza a acercar al hedor turbio que parece transmitir esta muerte que pronto se descubrirá como asesinato, y en su investigación se verá ayudada por un policía novel, Patrik, que en principio parece más un trastabillo que una ayuda, si bien luego se irá descubriendo como necesario, no solo por su oficio, sino por la historia que desarrolla con Erica.
Este hecho será el detonante que hará que el pueblo viaje con la memoria al pasado para traer a la investigación a determinados momentos que, aunque lejanos en el tiempo, parecen repercutir en el aparente suicidio de Alex y, personalmente, me parece que esto dota a la historia de credibilidad y la hace asequible en el sentido de que cualquiera que haya estado en un pueblo pequeño —y más en un terreno tan duro y tan hostil como uno escandinavo, domado por el frío constante— comprende que la familiaridad resulta en muchas ocasiones un arma de doble filo y que las rencillas pueden ser algo más serio de lo que parece: el cainismo que encontramos en la literatura y en la historia y que en absoluto es patrimonio patrio.
Como ya mencioné me parece absolutamente fantástico el uso que hace de las historias paralelas para sustentar la principal, que es la propia investigación del asesinato.
Es algo que como proyecto de escritora valoro bastante porque a mí aún me resulta difícil. Atar cabos y dejarlos bien sujetos es más complicado de lo que parece. 
Solo os recomiendo que no seáis como yo si os gusta la metaliteratura y que las leáis en orden. Por el bien de vuestra cordura y por no estropearos la historia, ya sabéis.

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