A pesar de que me considero perteneciente al mundo de las letras puras no quiere decir que siempre haya sido así.
De pequeña siempre decía que quería ser enfermera o carnicera —qué le vamos a hacer— y un poco más adelante todo mi afán era trabajar codo con codo con Mariano Barbacid, un hombre que me tenía absolutamente prendada. Para mí él era la cima de la intelectualidad, del éxito y de todo lo que implicaba trabajar en un laboratorio.
Ya veis, habría sido una rata de laboratorio y al final he acabado siendo una rata de biblioteca, y como habréis presupuesto siempre he sido una niña un poco rara.
El caso es que como todo mi interés era trabajar con este superhombre de la ciencia me dedicaba a imprimir artículos de la enciclopedia Encarta —para desesperación de madre, porque si la tinta es cara ahora, hace casi veinte años podéis imaginaros— todo lo que había acerca de enfermedades terribles —mis favoritas eran la peste negra y el ébola, y debo reconocer que aunque ya no me dedique a imprimir artículos sí que me paso horas perdida en la wikipedia, sobre todo cuando el ebook se me queda sin batería y sigo sin poder dormir.
Quizá, en el fondo, mi corazoncito siempre tiró para la ciencia.
Y es en relación precisamente con la peste bubónica que encontré este libro de Ismael Martínez Biurrun, y aunque no esperaba lo que me iba a encontrar en sus páginas lo cierto es que me encantó.
Cruz acaba de licenciarse en medicina y como premio su padre le encarga que investigue un extraño caso que ha ocurrido en los Pirineos. Sucede que un bebé ha muerto y la causa de la muerte parece ser la vieja y temida peste, enfermedad que si bien no se ha extinguido, sí que se considera neutralizada, sobre todo en el primer mundo.
Allí acudirá nuestra protagonista para comprobar qué es lo que falla en el mundo de la epidemiología actual y comprobará que las cosas no son lo que parecen ser y que la vigencia de antiguas actitudes y, por qué no, maldiciones, sigue totalmente actualizada con el pasar de los siglos.
La verdad es que no esperaba que un libro así me llegara a gustar, y digo así porque aunque os he puesto un resumen sucinto por aquello de no revelar más de la cuenta, Cruz tiene una especie de poder, una especie de visión que le permite retrotraerse a tiempos pasados, y este hecho acaso será clave para resolver la muerte del bebé.
Considero normal que los lectores en general muestren reticencias a estos asuntos porque los consideran alejados de sí y de la realidad, pero la verdad es que desde aquí os invito a que le deis una oportunidad porque no os va a defraudar. Es un libro cuya dinámica atrapa desde las primeras páginas y que llena cualquier cabeza de muchos «y por qué no», muchos más de los que sería prudente admitir.
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