4 de abril de 2021

La maravillosa vida breve de Óscar Wao, Junot Díaz

A pesar de que no me satisfizo del todo una de las partes de la asignatura de literatura hispanoamericana que tuve en la carrera, eso no significa que no la aprecie en todas sus formas. 
Y precisamente de este modo llegó a mí, ya que, si bien cada país de Hispanoamérica tiene un representante del que, automáticamente, imaginamos su bibliografía —Gabo en ColombiaVargas Llosa para Perú, etcétera—, para el caso de República Dominicana es Junot Díaz el que hizo que el país se situara en el mundo de la literatura. 
Óscar es un adolescente dominicano que vive con su madre en un gueto en Nueva Jersey, y su mayor sueño es convertirse en el Tolkien dominicano, junto con el de encontrar al amor de su vida, pero por sus características tan peculiares lo tiene bastante difícil, todos sabemos lo superficial que puede llegar a ser la gente, y, para colmo, le persigue el fukú, una extraña maldición que persigue a su familia particularmente y que le condena a, sin pretenderlo, tener predisposición a los desastres, a la cárcel y a lo que más le duele, al desamor.
Pero como él no es un chico que atienda a esas cosas, no olvidemos que ya vive en la sin par Norteamérica, decide cambiar su vida, dejar a un lado todos los problemas que arrastra él y su familia y apartar el fukú de él mismo y de los suyos, y persigue sus sueños.
Aunque no es un tema fácil el que se narra en la obra que os traigo hoy, sí que se advierte las reminiscencias de un humor bastante resignado en ella, casi como una parodia de la propia migración desde los países hispanoamericanos hacia Norteamérica, y eso es algo que me ha gustado, porque le da otra dimensión a un asunto que nos pilla tan cerca y tan lejos a la vez, y nos ayuda a suponer acaso todos los problemas que derivan de apartarte de tus raíces, de tu familia y hasta de tus enemigos. 
Es una obra para pensar, aunque no lo parezca a primera vista, porque es de un realismo tan tan crudo que duele, a pesar de los tintes de humor con los que Junot Díaz la pincela. 
Abriéndonos a ella encontraremos mucho más de lo que se supone que hay, porque huir nunca fue fácil, y mucho menos si como a Óscar nos persigue una maldición familiar que nos impide tener pareja; pero lo cierto es que yo esto lo veo como una metáfora ¿no os parece?

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