16 de agosto de 2021

La ladrona de libros, Markus Zusak

 

Normalmente tengo un sentimiento contradictorio hacia los best sellers
Si bien el sentimiento inicial que, inconscientemente, planea por mi mente cuando encuentro uno marcado y remarcado, aclamado a bombo y platillo, con el logotipo correspondiente es un poco de rechazo, fenómenos como los de Pendergast me hacen recapitular y decir, "eh, frena, ¡que puede ser que sea bueno!". 
Y eso me pasó con este libro de Markus Zusak
Aunque está dedicado al público infantil y juvenil en principio y una se va alejando de este colectivo poco a poco, no fue un impedimento para tomarlo entre mis manos cuando me lo recomendaron, y no me decepcionó. 
Lo que primero me gustó fue que el narrador, la narradora en este caso, fuera la propia Muerte
Es un punto de vista, desde luego, diferente en lo que se refiere a lo que estamos acostumbrados. 
Suele ser un personaje tangible, habitualmente alguien que ha "vivido" la situación o que la cuenta desde su perspectiva. 
En este caso, como digo, es un ente abstracto con una connotación muy marcada y que sirve para criticar y evaluar la locura a la que puede llegar el ser humano, y se explica en la ambientación en la Alemania nazi de la novela, contando la historia de la niña. 
También me gustó mucho el planteamiento que se mueve entre lo epistolar, el diario y la propia omnisciencia —y quién más omnisciente que la Muerte, ¿no?—, porque consituye un fantástico cuaderno casi de viaje en lo cruel que podía resultar esa época de prosperidad, sólo para los perfectos dirigidos por un líder lleno de las imperfecciones, justo aquellas contra las que luchaba, para aquellos que no se ajustaban al molde permitido. 
No hagáis como yo y os dejéis llevar por la primera vista, hay libros que engañan. 
Por cierto, la coincidencia de la elección de hoy para publicar esta revisión y la narradora del libro ha sido eso, pura coincidencia, nada premeditado. 
Palabra.

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