18 de julio de 2018

Entra en mi vida, Clara Sánchez


Quienes hayáis seguido más o menos el reguero de reseñas que voy dejando poco a poco en este pequeño anaquel virtual que se va haciendo más grande conforme pasa el tiempo sabréis que puedo llegar a ser un poquitín extremista con los libros, y me explico.
Amo u odio con la misma fuerza, y reconozco que es algo que, per se, no tiene por qué ser bueno, pero con la literatura me ayuda en el sentido de tener siempre una serie, una especie de "libros fetiche" a la que siempre recurro cuando no sé qué hacer, cuando la cordura se escapa a marchas forzadas de mi vida o cuando, simplemente, necesito la estabilidad y la calma que da volver al hogar literario.
En estos casos los libros son para mí como un salvavidas al que aferrarme en tormentas esperadas e inesperadas, y suelo encontrarlos de poco en poco, casi de año en año, pero ya no se van de mi lado.
Me pasó hace un tiempo que encontré "Ready player one", que traeré por aquí más pronto que tarde, y supe que, aun a riesgo de parecer precipitada dadas las fechas, me marcaría y que no dejaría de leerlo nunca, y me pasó hace unos años con "Presentimientos", otro libro que traeré porque es una pequeña delicia de la literatura española. Este último me marcó muchísimo no solo por el título y por la portada, que tienen su aquél, sino también por la forma que tenía de expresar los sueños y la realidad, y también la fina línea que los divide y que, siendo sinceros, no está tan definida en muchas ocasiones. 
Y al recordar a Clara Sánchez, la autora del mencionado "Presentimientos", convine conmigo misma que el mejor libro que os podía traer hoy era la última obra añadida a su ya extensa bibliografía.
De nuevo Clara Sánchez recurre a la dicotomía para ambientar y crear su historia, que se hace de todos conforme nos vamos adentrando en ella. Esta vez no es entre lo que es verdad y lo que parece serlo, sino entre dos personajes principales, Verónica y Laura.
Verónica, cuando tiene nueve años, descubre en la cartera de su padre la fotografía de una niña que no es ella, y con el misterio que parece transmitir la imagen conforme va creciendo llega a la conclusión de que todas las tensiones, todo el dolor que se respiraba en el ambiente de su hogar, no era algo ficticio, sino que era algo real y tangible. En la adolescencia ya, la enfermedad de su madre vuelve a traer a su mente la fotografía de aquella niña, y con ella todo lo que no sabe de ella misma.
Al mismo tiempo, Laura siente que nunca ha encajado en su entorno, siempre ha notado que no pertenecía a él, y un día casi por ensalmo Verónica entra en la zapatería en la que trabaja, y todo parece empezar a encajar, aunque no será fácil desenredar la maraña de misterios, mentiras y silencios que han sido los que han construido sus vidas, principalmente porque aunque ambas sabían que había algo que faltaba simplemente han crecido acostumbradas a este sentimiento de carencia, y llenar el vacío nunca es fácil.
Lo que más me ha llamado la atención de la historia ha sido, sin embargo, ese silencio casi terco de todos los que constituyen el entorno de las chicas, sobre todo el de Verónica. Nunca he entendido la mentira, y, desde luego, en este caso no iba a ser una excepción, menos que nunca me atrevería incluso a decir. Y a mi parecer son ellos, si no causantes, sí quienes prolongan este vacío que os comentaba antes. 
Desde luego no tiene que ser fácil soportar una carga así y no pretendo juzgar a nadie, y menos cuando está en juego la integridad de una persona, lo que es y lo que debería ser, pero eso no es eximente para callar durante tanto tiempo algo que debería haberse descubierto mucho antes. 
Por desgracia el tema que trata la novela no es tan ficticio como muchas personas desearían que fuera, de nuevo la línea entre la ficción o los sueños —en este caso pesadillas— y la realidad es tan fina que no se puede discernir dónde estamos cuando estamos.
Me parece terrible que alguien pueda hacer algo así, y sin embargo creo maravilloso que se haya ayudado a dar visibilidad a este asunto tan terrible también desde el frente literario. 
A veces las noticias no son más que eso, meras palabras que se difuminan una vez aparece otra más rimbombante que la anterior, pero sé a ciencia cierta lo que puede marcar un libro, hasta qué punto es capaz de llegar la recreación de una historia que aun con visos de ficción guarda más de real de lo que acaso el lector es capaz de imaginar en un primer momento, y por eso creo que este que nos ocupa es un libro necesario, no dogmático, pero sí revelador. 
Ojalá este libro ayude a derrumbar toda la falsedad que se ha construido alrededor de las personas a quienes mintieron y crearon una herida imposible de cerrar. 

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