Este mes está siendo un poco complicado para mí por los asaltos constante de realidad que de vez en cuando vienen a "alegrarme" la vida derivada precisamente de la presión que he sentido estas últimas semanas. Por esa razón estoy aprovechando para seguir con series de libros que tengo a medio empezar para así no dejarlos descolgados en los anaqueles del tiempo y dar consistencia a una historia que no se entiende si no es repasando desde el primer libro que forma la saga hasta el último que la concluye.
En este afán que pretende ir completando y cerrando algunos capítulos hoy le ha tocado a mi queridísimo Harry Potter en su tercera entrega, y debo admitir que este es uno de mis absolutos favoritos porque aparece como personaje que interactúa y demás —recordemos que en "La piedra filosofal" aparece únicamente mencionado por Hagrid cuando le cuenta a Dumbledore cómo llegó a Privet Drive— el que me parece uno de los mejores personajes de todos los libros, el incomparable Sirius Black, y desde luego uno que se le compara para mi gusto en adoración, Remus Lupin.
Además, también aparecen por primera vez la prisión de los magos, Azkaban, y sus guardianes, y es el único de los libros que conforman la saga en el que al final del mismo no se enfrentan directamente a Voldemort, sino que es el camino necesario de paso entre la niñez y la adolescencia más madura de Harry, el que más contexto da en la historia y en los personajes, y el que más ofrece a los lectores.
Nosotros aprendemos que las apariencias no tienen por qué ser verdad, y que detrás de lo que parece tan evidente puede haber mucho que no vemos, algo que puede volver patas arriba cualquier hecho constatado.
No os voy a asaltar con la historia porque pocos serán quienes no conozcan las peripecias de Harry en este y en otros libros, ya sea por vía directa de haberlos leído o por haber visto las películas que se han hecho basadas en la saga, ya porque tienen pequeños en casa que crecieron con sus historias o que están en proceso de hacerlo, pero sí os diré que junto con el quinto es a mi parecer de los más logrados, no solo porque ya empieza a desarrollarse la trama como debe hacerlo, vislumbrando lo que al final será el misterio que todos ansiábamos descubrir cuando lo leíamos, quién sobreviviría, sino porque Rowling, para mi gusto, se afianza como escritora, empieza a creer más en ella y en el éxito de su historia y deja a un lado las recurrencias de los dos primeros libros para entrar de lleno en lo que será el final de la saga.
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