10 de septiembre de 2018

El segundo sexo, Simone de Beauvoir


No podía faltar en este pequeño anaquel virtual que poco a poco voy construyendo una de las madres del movimiento feminista, Simone de Beauvoir, olvidada, malinterpretada, defenestrada y adorada a partes iguales. Una autora que, naturalmente, me deslumbró en la adolescencia y me hizo ver otros mundos posibles.
Este ensayo parte de la base de que la mujer en realidad no es como los siglos nos han querido vender, frívola, vanidosa y caprichosa, sino que esta actitud aparentemente mayoritaria viene determinada e impuesta por la educación y por la sociedad, que la ligazón de una mujer respecto de otra persona es una forma disimulada pero drástica de deshumanizarla, como si fuese un mero objeto propiedad de alguien, siempre enlazado a otro alguien, así que técnicamente todas estas actitudes son fruto de la presión educativa y no solo del género femenino, también del masculino.
Además de exponer esta tesis, Simone hace un recorrido a través de la historia para sustentar su argumento, demostrando que estos hechos de deshumanización, por nombrarlos de alguna forma, se han llevado a cabo realmente y que se ha encajonado a la mujer como a un ciudadano de segunda, como a un segundo sexo, al que alude el título del ensayo que hoy he tenido a bien traeros para vuestro disfrute y reflexión.
Es un punto de vista tan válido como cualquier otro, y me atrevería a decir que muchas veces, en momentos en los que me reconozco radical, he llegado a pensar si la otra opción es la correcta.
Me parece un libro muy revelador, esencial, fundamental en cualquier estantería, aunque obviamente ningún libro, ninguna persona tiene la verdad absoluta que hace que deba imponerse a las demás verdades. Sin embargo, sí que creo que muchas veces no estaría mal pararnos a meditar el por qué de todo aquello que se ha venido padeciendo.
Tal vez, y solo tal vez, nos demos cuenta de que hemos dejado de lado lo natural para ponerlo todo patas arriba y amoldarlo a una realidad que no es la nuestra, que no es la que se presupone nuestra. Si creo en su necesidad es porque aunque no estemos de acuerdo abrirnos a otros puntos de vista es indispensable.
Libros como este que he decidido traeros hoy dejarán de hacer falta cuando ni nos planteemos lo que recogen sus páginas. Y mientras tanto seguiremos luchando. 

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