26 de diciembre de 2018

Harry Potter y el misterio del príncipe, J.K. Rowling


¿No os entra como una emoción extraña al saber que las sagas de libros se acaban y que es prácticamente inminente?
No sé el vuestro, pero sí es mi caso, y la verdad es que es una sensación agridulce, no la disfruto del todo porque pienso en qué haré una vez se acabe definitivamente y no sé si llega a compensarme.
En esa tesitura estamos hoy cuando ha pasado la primera parte de las fiestas, hoy os traigo la sexta y penúltima entrega de la saga de Harry Potter que nació de la mano de J. K. Rowling y que a mí, personalmente, tanto me ha entretenido a lo largo de mi vida dadas las veces que me la he releído y que preveo que seguirá haciéndolo posiblemente hasta que muera rodeada de libros. 
Harry ya está en su sexto año, ahora es más maduro, se le permite acceder a conocimientos que antes le estuvieron vedados y está  más marcado aún por la pérdida de personas cercanas que serán el preludio de todas las que vendrán después. A la vez, cobran relevancia ciertas localizaciones que antes se mencionaron de pasada, como la tienda del Callejón Knockturn llamada Borgin&Burkes, pero que ahora se hace determinante, porque aunque todavía no lo veamos si llegamos al libro por primera vez es una pequeña pista que nos da Rowling —que ya había dado en libros anteriores y cuando lleguéis al séptimo o si ya lo habéis leído entenderéis por qué lo digo— y aparecen nuevos personajes como Horace Slughorn, que da lugar a ciertas situaciones cómicas y que es el hilo conductor de nuevas revelaciones de asuntos trascendentes en la historia de Hogwarts, de Voldemort y de la propia familia de Harry.
Creo que este libro es el escalón definitivo para el final de la saga porque me da la impresión de que es aquí donde se alcanza el odio máximo —o el amor máximo, según hacia dónde se inclinen nuestras simpatías, porque no me diréis que siendo amantes de estos libros no habéis proclamado con orgullo a qué casa «pertenecéis» dependiendo de vuestras afinidades— hacia Severus Snape. 
Este es un personaje al que al principio se le tiene un asco supremo, después se comprende con el Always y una vez pasa el momento te das cuenta de que es un personaje profundamente gris y bien definido. Es innegable que es interesante y misterioso, y que puede que hubiera cierto poso de nobleza en él, pero el método quizá no fue el correcto.
Como digo, es quizá el libro en el que se empiezan a entender muchas cosas aunque se malinterpreten otras, pues el conocimiento parcial que se tiene hasta el momento y que concluye con el séptimo libro no permite hacerlo de otra manera. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenísimo!!! Totalmente de acuerdo, aunque mi devoción por Severus venga de antes creo que este libro es clave para entenderle