19 de enero de 2019

El evangelio del mal, Patrick Graham


Aviso: lo que sigue a estas líneas no deja de ser una opinión personal y admito que alguien pueda sentirse ofendido. En ese caso os animo a que me contradigáis si así lo creéis necesario y que me intentéis convencer de lo contrario aunque sea una tarea dificilísima después de aguantar por puro orgullo hasta la última página y convencerme de que la historia no tiene ni pies ni cabeza. Para mí es una línea más que añadir en la lista de libros de conspiración que se subieron al carro que marcaba la moda literaria del momento y ganar dinerito fresco y rápido. 
Los que estéis más o menos familiarizados con cierta editorial que contempla el nombre hipónimo de la Tierra en cuanto perteneciente al Sistema Solar —me niego a darle publicidad— sabréis que más o menos de vez en cuando van vendiendo colecciones de enciclopedias y grandes hitos de la literatura y cosas así y que para engatusarte regalan «de-buena-fe-y-sin-ningún-tipo-de-interés-lucrativo» algunos libros que en mi honesta opinión creo que les sobran que están en boga y utilizan de gancho. Pues bien, hace unos años me tocó este que os traigo hoy de Patrick Graham
La historia en sí, en otro contexto y escrita de otra forma, puede estar bien como lectura de entretenimiento en un viaje, por ejemplo, y creo que eso es lo que más me cabrea de todo el asunto. Tiene los alicientes necesarios: intriga, religión, conspiraciones, médiums, FBI y al mismísimo Satanás de personaje principal. En otra situación habría encontrado algo que sacar, un mínimo momento de lucidez a lo largo de las páginas —que admito que hay— pero es que me parece demasiado descarado. Hasta un reloj parado puede dar bien las horas dos veces al día.
Desde el momento en que aparece la mafia tuve deseos de cerrar el libro, pero respiré profundamente y mi orgullo pudo vencer ese deseo —no sé si fue del todo bueno— y logré terminarlo tras combatir contra mi propia cordura. 
Me parece sobrecargado, repite tópicos uno tras otro hasta que se hace imposible de digerir, utiliza fórmulas que en poca cantidad pueden llegar a engancharte al libro y a animarte a seguir leyendo, pero de verdad que llegué a un momento en el que se me atragantó. 
De este libro no puedo cantar bondades pero sí puedo mostraros qué he encontrado yo entre sus páginas, y reitero que esto es una opinión meramente personal. Quizá en otras circunstancias no habría sido tan inflexible.

No hay comentarios: