10 de julio de 2020

Iacobus, Matilde Asensi


Creo que hoy es el momento de hablaros de uno de mis placeres culpables, y los catalogo de culpables porque disfruté como una maldita cuando el tema se puso de moda hace unos años y, aunque ahora con la perspectiva que da la distancia y el conocimiento entiendo que el exceso tampoco es algo deseable, leí prácticamente todo lo que llegaba a mis manos acerca de la Orden del Temple.
Las prisas, otros intereses, la propia desgana, hacen que posterguemos la lectura a otro momento y, como en la mayoría de los casos, ese momento nunca llega, así que tengo como propósito personal sentarme al menos un rato antes de acostarme a pasar las hojas de un libro, y en estos días en los que no apetece ni salir ni pensar en nada alambicado este tipo de libros que tienen un punto justo de misterio, de historia y son afines a mis gustos son mi salvación.
Volviendo a lo de los placeres culpables la saturación de mercado de libros con estos temas propició estudios e interés sobre algo cuyo nacimiento y muerte fueron tan inquietantes y desconocidos que creo que merecen atención, mayormente por muchas cosas que disfrutamos gracias a ello; para empezar, conocimiento.
No puedo remediarlo, me fascinan.
¿Y cuál es una de mis novelas favoritas al respecto? Esta que escribió Matilde Asensi, desde luego.
A través de la historia de nuestros templarios, hace un magnífico retrato de lo que pudo llegar a ser la sociedad medieval, máxime estando influida por una regla tan rígida. Lo mejor es la forma de retrotraerse hasta el punto en el que Jacques de Molay, último Gran Maestre reconocido, es prendido en la hoguera y se envía al soldado Galcerán, de otra orden militar, a investigar las muertes profetizadas —¿o provocadas por los templarios a los que condenaba al ostracismo y quedaban en clandestinidad?— a la hora de la quema.
Si tuviera que elegir una palabra para catalogar este libro sería el conocimiento. Más bien la búsqueda de él. El camino que emprende Galcerán es un poco como un camino iniciático que comienza justo cuando se le ordena que investigue estas muertes, y digo que es camino iniciático porque deberá recorrer lugares y ciudades de poder, jugando con los misterios que en ellas mismas nacieron.
Matilde Asensi es una de mis autoras predilectas. He leído todas sus novelas y cada una me gusta más que la anterior. 
Quizá no sea... no sé, cualquier clasicazo que se os ocurra, pero a mí me entretiene y me llena, y considero que se documenta mucho y muy bien para escribir sus novelas, y eso a mis ojos la hace ganar muchos puntos.

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