30 de diciembre de 2020

El Abencerraje y la hermosa Jarifa, Anónimo


Otro año se va.
Recuerdo que esta novela llegó a mis manos cuando cursaba el primer curso de bachillerato. 
Al principio, cuando supe que tenía que leerla, me molesté en cierto modo. Supongo que fue extensible a todo el mundo, a nadie suele gustarle que le obliguen a leer, y menos una novela que fuera tan antigua (está datada en el siglo XVI), y en aquella época todavía la carrera no me había descubierto la belleza de los libros antiguos. El único aliciente que le encontramos fue la brevedad de la que hacía gala.
Cuán equivocada estaba.
Nada más empezarla, la historia de Abindárraez me cautivó. 
Él se dirigía a casarse con Jarifa, la hermosa, pero en el camino cae preso de Don Rodrigo de Narváez, alcaide de Álora y Antequera. Luchando, el primero cae preso del segundo, y le cuenta su historia con ella: su amor estaba prohibido por el padre de Jarifa y, aprovechando la ausencia de su progenitor, le instó a que fuera a encontrarse con ella para casarse.
El cristiano, haciendo gala de su piedad, le pone en libertad para que cumpla su cometido para con ella a condición de que vuelva al tercer día, cosa que Abindárraez promete. Una vez se casan, le cuenta a su esposa lo sucedido, pero ella le intenta convencer para que mande un rescate en lugar de volver, él niega, y ella le acompaña, y por el camino se encuentran con un hombre que les cuenta la historia de Rodrigo de Narváez, que pone de manifiesto su honradez...
Reconozco que su final puede llegar a parecer tópico o típico, que se puede pensar que en las novelas moriscas todo sigue un patrón encorsetado, que nada puede ofrecer, pero «El Abencerraje y la hermosa Jarifa» constituye un maravilloso ejemplo de lo que este tipo de novelas supuso para la época y cómo estaba de guiada o determinada la escritura con los temas fronterizos, que aún después de tanto tiempo tras la Reconquista, seguían siendo del gusto de los lectores.
Por cierto, recomiendo, si se os pasa por la cabeza leerla, la edición de Castalia didáctica. 
No es cuestión de patrocinio por parte de esta editorial, pero, junto con Cátedra, es una de las mejores en lo que se refiere a textos como este que están escritos en castellano antiguo y su temática es tan lejana a lo que pensamos, vemos y creemos. Las notas al pie y la introducción entre otros recursos, facilitan mucho la comprensión lectora. 
Vamos, para que podáis disfrutar más de esta maravillosa obra, consideradlo mi pequeño regalo de Navidad.

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