3 de enero de 2021

La mano izquierda de la oscuridad, Ursula K. Le Guin

Hacía tiempo que no traía un Premio Hugo o Nébula, y pensé que una combinación de ambos para empezar el año sería lo idóneo para un tiempo en el que los días se siguen oscureciendo y el ansia por redescubrir se hace más fuerte, por lo menos así me ocurre; y qué mejor que hacerlo con un fantástico tomo de ciencia ficción no exento de polémica en su tiempo —creo que incluso ahora levantaría ampollas—, vaya, de los que me gustan a mí. Ursula K. Le Guin fue una abanderada de la ruptura en su tiempo, una abogada del cambio y de la mejora, y bajo estos preceptos nace su novela, una utopía de las que hacen historia. 
Esta obra, concretamente, es una de las que se centran en lo sexual para debatir y cuestionar determinadas situaciones sociales y morales que están establecidas como norma en la época en la que la autora la escribe. Teniendo en cuenta que es una feminista de las que marcan hitos, casi podemos hacernos a la idea de que esta novela es uno de los paradigmas de la ciencia ficción feminista, uno de los géneros que se han manejado desde hace siglos y del que se puede utilizar mucho para cuestionarnos la realidad. En esta historia, es un terrestre el que llega a una colonia, el planeta Invierno, donde los humanos ahora son humanoides metamorfoseados, seres hermafroditas que son capaces de cambiar de sexo. Técnicamente son andróginos bisexuales que durante unas semanas son neutros y, en una, determinan su sexo según las feromonas emitidas por su compañero sexual. Este libro no es más —ni menos— que un hijo de su época, y he de decir que, bajo mi criterio, es uno de los privilegiados, un hijo predilecto de su sociedad y de su tiempo. 
Ya no es sólo por la forma de escribir, por el excelente derrotero seguido para sentar cátedra acerca de la ciencia ficción, por el tema tratado como ruptura de tabú en una época oprimida que empieza a liberarse; sino porque va más allá de la mera cuestión ficticia para adentrarse en la catalogación del ser humano y en los caminos que este sigue y las consecuencias de seguirlos haciéndose unas preguntas que posiblemente sean como pequeñas antorchas que sólo necesitan un poco de pólvora para prender. Lo mejor de todo es que no cae en el intento de adoctrinamiento para hacernos sentir que estamos dentro del libro, que en nuestra mano está la posibilidad del cambio y las respuestas a todas las preguntas.

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