29 de octubre de 2021

Momo, Michael Ende


De todas las portadas que he encontrado, me parece que esta es la que mejor se adapta a lo que es la novela, a lo que pretende expresar y a lo que se explica a lo largo de sus páginas. Michael Ende, mayormente conocido por «La historia interminable» —que confío en incorporar al este anaquel virtual pronto— nos trae con esta novela una fabulosa crítica y metáfora de la cruel realidad que nos rodea. 
Así nos la vendan de maravillosa, lo cierto es que su magnificencia brilla por su ausencia, precisamente. 
Momo es una niña, en apariencia mediocre o digna de ser olvidada, que vive en las ruinas de un anfiteatro en Italia, y posee la cualidad de saber escuchar, algo de lo que el mundo se ha olvidado. 
Y es en ese mundo necesitado de sus consejos y de su capacidad donde aparecen unos temibles seres que promulgan bancos de tiempo acabando con todo lo bello o lo bueno que hubiera habido en él, extendiéndose cual marea de muerte que arrastra todo a su paso. 
Momo pronto se convierte en una especie de efigie de resistencia, representando todo lo contrario a estos seres que se alimentan del tiempo que se supone que los ciudadanos ahorran, y torna objetivo de acciones que poco o nada tienen que ver con lo correcto, y será entonces cuando la resistencia se personifique en ella y comience un camino hasta el manantial de Tiempo en una aventura trepidante para luchar contra esos seres que buscan llevarse consigo la fertilidad del carácter de la gente por sobrevivir. 
Me reitero en el tema de la metáfora que encierra o que es el propio libro. 
En una sociedad donde vivimos para trabajar, para ahorrar, olvidamos los temas realmente candentes y esas pequeñas cosas que diferencian a los humanos de las personas. 
A través de la metafísica e incluso de lo surrealista, si se me permite, se escenifica un viaje, un ciclo a completar en el que los obstáculos nos los creamos nosotros mismos alimentándolos con nuestros miedos y nuestras carencias. 
Nosotros tenemos en nuestra mano liberarnos de esos hombres grises que nos hacen buscar nuestra propia perdición y no nos damos cuenta. 
Necesitamos que nos escuchen y escuchar buenos consejos. 
Nos hace falta una Momo en nuestra vida.

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