No tiene que ser para nada fácil darte a conocer en el mundo de la literatura —en mi humilde opinión, saturadísimo, y eso que yo soy una de las que aspira a poblarlo— y sobrevivir en él, y reconozco que no debe de ser fácil tampoco dedicarte al mundo de la literatura, concretamente a la literatura de terror y fantasía, cuando uno carga en la espalda un bagaje tan amplio como el que supone que tu padre sea el autor que más libros del estilo vende a nivel mundial aunque esto suponga, por supuesto, una inestimable ayuda, tanto por el respaldo económico como por el conocimiento indescriptible que puedes llegar a tener sobre el tema.
Hoy os traigo la que quizá sea la novela más conocida del autor estadounidense Joe Hill, una historia que parte de la base tan inverosímil como surrealista de que al protagonista, Ig Perrish, un día le crecen cuernos en la cabeza. Este es el punto de partida de una novela que explora la condición humana, la venganza.
Este desafortunado incidente de la aparición de los cuernos tiene que ver con que la novia de Perrish, Merrin, fue asesinada hace un año y todo el pueblo, incluyendo a su familia, y sin saberlo él le cree culpable, y un año después y después de una borrachera amanece con estos apéndices en la cabeza, que le descubren todos los susurros y sospechas de las que era objeto y que nadie se atrevía a exponer directamente.
Los cuernos, aunque al principio suponen un obvio desconcierto, le proveen de cierto poder de seducción, podríamos decir, que le hacen depositario de los secretos de sus conciudadanos, porque de ellos emana una fuerza diabólica que les impele a desnudarse y contarle todos sus deseos más oscuros.
Aunque peque de algo a lo que ahora mismo no puedo ponerle nombre admito que si me hubieran dicho en el momento en que llegó a mis manos que Joe Hill es el hijo del archiconocido Stephen King me habría echado a temblar figuradamente. Habría pensado de forma injusta que no merecía la pena, que era otro más de los polluelos a la sombra de su padre o madre famosos que intentan abrirse paso en el mismo campo que ellos porque todo les viene dado, o, simplemente, no me habría atrevido a dejarme llevar por sus páginas.
Ni que decir tiene que me habría perdido un libro muy entretenido, de esos que te gusta leer por ejemplo cuando viajas o cuando todo lo que necesitas es sumergirte en una historia de suspense y, por qué no decirlo, un poco de terror que te permita ver con perspectiva cualquier cosa que en el momento te aflija. Creo que sabéis a qué momentos me refiero.
Así que por eso os lo recomiendo, por los momentos de humor negro que se permite Hill para ilustrar una situación tan surrealista como la que padece su protagonista, por los pequeños enlaces entre capítulos que unen a un tiempo presente y pasado y, en fin, porque es una novela que captura desde el primer momento y que devoras de una vez. Recordad que, como bien dice el subtítulo, "el diablo está en los detalles".
2 comentarios:
Me recomiendan mucho, muchísimo a Joe Hill. Voy a tener que hacer caso. De hecho, en el libro que estoy leyendo, Stephen King y su otro hijo hacen una referencia a Joe Hill :P
Besicos!
A mí me ha gustado bastante. Ya te digo que en caso de haber sabido que era su hijo a lo mejor mi opinión habría estado sesgada, pero... me habría perdido bastante.
Yo te lo recomiendo.
Muchos besotes <3
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