20 de diciembre de 2018

La metamorfosis, Franz Kafka


«Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza, veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo.» Y si a esto le añadimos la portada tan reveladora inquieta, ¿verdad?
Hoy lo que os traigo es la alegoría más brutal que me he encontrado en mis muchos libros leídos de las deshumanización del ser humano y del importante peso que tienen los sueños en la realidad como reflejo incontrolado de la misma, y como sabéis viene de la mano de Franz Kafka
Una, cuando lee esta pequeña pero gran obra, se pregunta qué es lo que queda de humano en la humanidad, y me explico conforme a lo que yo extraigo de este libro del que hasta su título tiene consecuencia y trasfondo. 
Lo que yo veo, lo que concluyo cuando cierro la contraportada es que lo bueno deja de serlo una vez se convierte en diferente bien por elección, bien por enfermedad, bien por cualquier motivo que se pase por la cabeza. Gregor Samsa mantiene a su familia y con su transformación ésta va a la quiebra y se empiezan a presentar las dificultades como es obvio. Samsa las intenta remediar escondiéndose de todo y de todos, pero a estas dificultades económicas se suma el rechazo que en mayor o menor grado encuentra en el sitio que debería ser su principal foco de compasión o comprensión, su propia familia. Entre su padre que le detesta, su madre que le teme pero que le acepta permitiendo que se quede en casa y su hermana que en un principio le atiende y que gradualmente va perdiendo motivación hasta el punto en que es ella misma quien propone echarlo de casa está su jefe, que en cierto modo intenta seguir cubriendo las deudas de la familia Samsa.
Lo admito, la novela confunde en cuanto todo se asemeja a un sueño, en cuanto la realidad y lo surrealista van tan de la mano, pero eso no es óbice para que no nos arrastre a la reflexión.
Me reitero en que, a mi parecer, lo que hace patente Kafka con la transformación de Samsa y el trato que se le da una vez ha dejado de ser el bueno para todo para convertirse más en un lastre que una ayuda muestra lo mejor y lo peor del ser humano. Lo peor en todas sus dimensiones, en este caso, es la profunda dicotomía que habita en la sociedad empezando por el individuo mismo que por sobrevivir y por miedo quizá a lo que es diferente es capaz de hacer cualquier cosa, de negar cualquier situación que le corrompa o le denigre en pos de un colectivo. 
¿No os parece revelador?

2 comentarios:

Mando dijo...

¡Necesito leer este libro! Jamás me había llamado la atención, pero es que jamás nadie lo describió tan interesantemente.
¿Cómo llegué a este blog? Es oro puro.

Manjo ExLibris dijo...

Vaya. Muchas gracias por tus amables palabras. Espero que si lo lees lo disfrutes muchísimo y que te quedes por aquí un rato más.
Un saludo.